La alfombra ofrece el cuerpo del meteorito, su textura,
como lugar para el descanso, el encuentro, el diálogo o
la reflexión. Se trata de sentarse o tumbarse en y sentir
a través del tacto de las manos y de los pies las fibras
entretejidas del algodón de la alfombra, que es en verdad
el cuerpo yaciente del meteorito. Un algodón que contrasta
con el cuerpo frío de la roca extraterrestre. Hacerse cuerpopétreo,
mimetizarse con él, relajarse para dejarse afectar