"Castillo San Ángelo III" es más que una simple representación de un lugar emblemático de Roma; es una meditación sobre la interacción entre la arquitectura, la naturaleza y la luz. A través de su cuidadosa composición y elección de colores, el artista logra transportar al espectador a las orillas del Tíber, permitiéndole experimentar la calma y la majestuosidad de un día romano.Esta obra se convierte así en una ventana al pasado y al presente de Roma, un testimonio visual de su grandeza perdurable y su capacidad para inspirar a quienes la contemplan.