La obra Capitel Verde explora la relación entre la arquitectura y el color, destacando un fragmento arquitectónico: la columna y el capitel. La obra utiliza un tratamiento cromático verde en este caso, sobre un fondo de ocres luminosos que sugieren una iluminación dramática. La técnica empleada resalta las formas arquitectónicas con líneas definidas, intensificando el juego de luz y sombra. El objetivo es convertir la columna y el capitel en los protagonistas, enfatizando su importancia dentro de la composición arquitectónica. La elección de colores contrastantes aporta interés visual y simbólico: el azul evoca calma y profundidad, mientras que el verde sugiere naturaleza y frescura. Estas obras invitan al espectador a reflexionar sobre la significancia de los elementos arquitectónicos en un contexto visual más amplio, fusionando lo simbólico con lo estético.